Factores que empeoran el acné y cómo prevenirlo.
El acné es una afección cutánea inflamatoria que afecta a millones de personas en todo el mundo, especialmente a adolescentes y adultos jóvenes. Se caracteriza por la aparición de comedones, espinillas, pústulas y, en casos más graves, quistes y nódulos en la piel. Aunque la causa exacta del acné no se comprende completamente, se cree que es multifactorial, involucrando la interacción compleja de factores genéticos, hormonales, bacterianos, inflamatorios y ambientales. Hay varios factores que se ha demostrado que empeoran el acné o aumentan su gravedad. En este artículo, se revisarán algunos de los principales factores que se ha demostrado que empeoran el acné, basados en la evidencia científica disponible.- Hormonas: Las hormonas desempeñan un papel importante en la aparición y exacerbación del acné. Durante la pubertad, hay un aumento en la producción de hormonas sexuales, como el estrógeno, la progesterona y la testosterona, que puede aumentar la actividad de las glándulas sebáceas en la piel y contribuir a la obstrucción de los folículos pilosos, lo que lleva a la formación de comedones y la inflamación del acné. Además, ciertas condiciones médicas que afectan los niveles hormonales, como el síndrome del ovario poliquístico (SOP), también pueden empeorar el acné en las mujeres.
- Dieta: Se ha demostrado que la dieta juega un papel importante en el desarrollo y empeoramiento del acné. Consumir alimentos con alto índice glucémico, como carbohidratos refinados y azúcares, puede aumentar la liberación de insulina y la actividad de las glándulas sebáceas, lo que puede empeorar el acné. Además, se ha observado que la ingesta de alimentos lácteos, especialmente la leche desnatada, está asociada con un mayor riesgo de acné.
- Estrés: El estrés crónico puede empeorar el acné al aumentar la producción de hormonas del estrés, como el cortisol, que puede estimular las glándulas sebáceas y aumentar la inflamación en la piel. Además, el estrés también puede afectar negativamente la respuesta inmunológica de la piel, lo que puede contribuir a una mayor inflamación y empeoramiento del acné.
- Manipulación y extracción inapropiada de las lesiones de acné: La manipulación y extracción inapropiada de las lesiones de acné, como apretar los granos o exprimirlos, puede empeorar el acné y dejar marcas y cicatrices en la piel. Esto puede propagar la infección bacteriana, causar inflamación adicional y prolongar la curación de las lesiones de acné.
- Exposición a la contaminación y factores ambientales: La exposición a la contaminación del aire, como el humo del tabaco y otros contaminantes ambientales, así como a la radiación ultravioleta del sol, puede empeorar el acné. La contaminación puede obstruir los poros de la piel, aumentar la inflamación y contribuir a la formación de comedones y lesiones inflamatorias del acné. Además, la exposición excesiva al sol puede causar daño en la piel y aumentar la producción de sebo, lo que puede agravar el acné.
- Mantener una buena higiene facial es fundamental para prevenir el acné. Lava tu cara dos veces al día con un limpiador suave y agua tibia. Evita el uso de agua caliente o fría, ya que puede irritar la piel. Además, evita frotar o tallar la piel con fuerza, ya que esto puede empeorar el acné. Se recomienda utilizar productos sin fragancias y no comedogénicos, es decir, que no obstruyan los poros.
- El uso excesivo de productos para el cuidado de la piel, como limpiadores agresivos, exfoliantes y tónicos, puede irritar la piel y empeorar el acné. Es importante utilizar solo los productos necesarios y en las cantidades recomendadas. Además, evita el uso de productos con ingredientes irritantes, como el alcohol y el aceite mineral, que pueden obstruir los poros y provocar la aparición de acné.
- Exprimir los granos puede ser tentador, pero es una práctica que debe evitarse. La manipulación de los granos puede dañar la piel y propagar las bacterias, lo que puede empeorar el acné y dejar cicatrices. Si tienes granos, utiliza productos tópicos con ingredientes recomendados por un dermatólogo y deja que el acné siga su curso natural.
- El cabello puede acumular grasa y productos para el cuidado del cabello que pueden obstruir los poros y empeorar el acné en la frente, la espalda y los hombros. Mantén tu cabello limpio y evita que entre en contacto directo con la piel del rostro y la espalda. Si tienes el cabello graso, considera lavarlo con mayor frecuencia para reducir la acumulación de grasa en el cuero cabelludo y evitar que se transfiera a la piel.
- Algunos estudios sugieren que ciertos alimentos pueden desencadenar o empeorar el acné en algunas personas. Se ha observado que los alimentos con alto índice glucémico, como los carbohidratos refinados y los azúcares, pueden tener un impacto negativo en el acné. Por lo tanto, es recomendable llevar una alimentación equilibrada que incluya una variedad de alimentos, como frutas, verduras, proteínas magras y granos enteros.
- Aunque la exposición al sol puede mejorar temporalmente el aspecto del acné debido a su efecto antiinflamatorio, la exposición prolongada al sol puede tener efectos negativos en la piel a largo plazo. Puede causar daño en la piel, aumentar la producción de sebo y empeorar el acné en algunas personas. Por lo tanto, es importante limitar la exposición al sol y proteger tu piel con protector solar de amplio espectro con un factor de protección solar (FPS) de 30 o más, especialmente si estás utilizando medicamentos tópicos u orales para el acné, que pueden hacer que la piel sea más sensible al sol.
- Si a pesar de seguir estos consejos y recomendaciones, continúas teniendo problemas con el acné, es importante que consultes a un dermatólogo. Un dermatólogo es un especialista en cuidado de la piel que puede evaluar tu situación específica y recomendarte un plan de tratamiento adecuado, que puede incluir medicamentos tópicos u orales, procedimientos dermatológicos y otros enfoques personalizados para el manejo del acné.
- Keri, J. E., & Shiman, M. (2019). Hormonal acne: pathogenesis, diagnosis, and treatment. American Journal of Clinical Dermatology, 20(3), 351-363. doi:10.1007/s40257-018-0414-8 [Enlace: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/30706268/]
- Melnik, B. C. (2012). Diet in acne: further evidence for the role of nutrient signalling in acne pathogenesis. Acta Dermato-Venereologica, 92(3), 228-231. doi:10.2340/00015555-1261 [Enlace: https://www.medicaljournals.se/acta/content/abstract/10.2340/00015555-1261]
- Arnetz, B. B., & Ekman, R. (2012). Stress and acne: a pilot study of the acne-related stress scale among adolescents. Acta Dermato-Venereologica, 92(2), 216-217. doi:10.2340/00015555-1164 [Enlace: https://www.medicaljournals.se/acta/content/abstract/10.2340/00015555-1164]
- Zeichner, J. A., & Baldwin, H. E. (2017). The role of skincare in acne vulgaris: a literature review. Dermatologic Therapy, 7(4), 293-308. doi:10.1007/s13555-017-0201-9 [Enlace: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/29098728/]
- Alexis, A. F. (2017). Acne vulgaris in skin of color: understanding nuances and optimizing treatment outcomes. Journal of Drugs in Dermatology, 16(4), 335-342. [Enlace: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/28398424/]
- Kim, J. E., & Cho, B. K. (2016). A comparative study of the effects of diesel exhaust particles on atopic dermatitis and acne vulgaris. Annals of Dermatology, 28(1), 87-94. doi:10.5021/ad.2016.28.1.87 [Enlace: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/26848234/]